A ese estante de la heladera de casa- ese que les hablé en el post del Fridge Portrait Project- que ridículamente muy orgulloso me siento cuando lo veo, se le ha sumado un nuevo integrante. Se trata de Skippy, quien muy placidamente y sin vergüenza se acomoda rodeado de salsas picantes, mostazas importadas, aderezos orientales y extractos y esencias diversas.
Skippy Creamy Peanut Butter es, como su nombre lo dice, una manteca (o mantequilla) de maní. Esa misma que vemos con ojos curiosos en las peliculas es la versión americana de su hermano europeo Nutella que a diferencia de Skippy se elabora con avellanas y a la ves primo lejano de nuestro queridísimo Dulce de leche que aunque no tenga de base un fruto seco ni manteca, cumple la función de un dulce calórico untable.
Recién traída de EEUU por Dai, quien estuvo visitando dicho país, y entre tantas otras cosas me trajo a Skippy acompañada por un paquete de Pretzels. Ambos incluidos en la lista de supermercado que le dí y que lamentablemente no pudo completar ya que no consiguió ni el Maple Syrup ni los vasos rojos descartables típicos de fiesta yankiee.
Se que Skippy mucho no tiene que ver con el resto de los ingredientes que lo acompañan pero ahí descansa ese patito feo que aunque aun no me animo a untarla en mi tostada matutina, cada tanto paso y le robo una cucharada. De más esta decirlo… es deliciosa.
1 comentario:
La ultima vez que comi no me gusto mucho... Le voy a dar una saegunda oportunidad.
Publicar un comentario